¿Has presentado un chasquido doloroso en la palma de la mano al flexionar o extender los dedos? Existe la posibilidad que se trate de la Tenosinovitis Estenosante o también conocida como Dedo en Gatillo o Dedo en Resorte, a continuación te contamos cuáles son sus síntomas y cual es su tratamiento.
La Tenosinovitis Estenosante es una patología en la cual el paciente al flexionar o extender activamente los dedos, presenta un chasquido doloroso en la palma de la mano que proviene de los tendones flexores del dedo que tiran bruscamente a través de una porción reducida de la vaina de dicho tendón.
Se relaciona con el movimiento repetido del tendón flexor, con la movilización repetitiva de los dedos y el traumatismo directo sobre el sitio de la estenosis sobre la palma de la mano, que engrosa la cápsula del tendón y provoca la formación de un nódulo. Cuando este nódulo choca con el ligamento anular transversal (polea A1), se produce un chasquido.
Se suele relacionar con traumatismos repetidos en trabajadores manuales y con una predisposición innata (congénita) a padecer enfermedades inflamatorias y reumatismos de las manos. Se debe pensar que un paciente presenta dedos en resorte cuando, al flexionar los dedos, se siente o se escucha un chasquido.
Es posible que al principio sea imposible flexionar completamente el dedo o extenderlo poco a poco. Cuando la condición reaparece o se hace más severa, el dedo permanece flexionado de forma que tanto la extensión activa como la pasiva pueden resultar imposibles.
¿Cuáles son los síntomas de la Tenosinovitis Estenosante?
Los principales síntomas que pueden confirmar el diagnóstico son:
- Bloqueo en flexión del dedo.
- Dolor al intentar extender y desatorar el dedo.
- Inflamación en la cara palmar de la mano.
- Nódulo doloroso palpable en la cara palmar de la mano, cercano a la base del dedo afectado.
- Puede presentarse en más de un dedo a la vez.
¿Cuál es el tratamiento para combatir la Tenosinovitis Estenosante?
El objetivo del tratamiento fisioterapéutico apunta a:
Disminuir inflamación y dolor, con ayuda de agentes físicos como; electroterapia, crioterapia, baños de contraste, ultrasonido, láser, etc. Así como movilizaciones pasivas y activas siempre a tolerancia del paciente, sin aumentar el umbral de dolor, estiramientos y en una fase final ejercicios de resistencia y fortalecimiento progresivo.
En conjunto con la fisioterapia puede emplearse la infiltración de antiinflamatorios esteroideos acompañados de algún anestésico de uso local, antiinflamatorios no esteroideos por vía oral.
En el caso de ser necesaria una intervención quirúrgica para liberar la presión sobre los tendones, lo mejor es empezar a movilizar de manera precoz dicha zona, realizando terapia física cuanto antes, para ayudar a disminuir inflamación y evitar rigidez.
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